Me encontraba a miles de kilómetros de mi hogar, rodeada de personas, de los que apenas me sabía el nombre… y de repente… un escalofrío recorrió todos los rincones de mi ser…, el corazón empezó a bombear de una manera inusual,… mis pies se paralizaron…, mis manos se quedaron rígidas…, la boca se me secó y no podía pronunciar ni una palabra…, mis ojos se quedaron fijos en esa persona…, la respiración no llegaba a mis pulmones… ¡Dios mío! ¿Qué me ocurre?… ¿Por qué me siento tan mal?… ¡POR FAVOR QUÉ ALGUIEN ME AYUDE! …Nadie me oye….
Los pies me responden torpemente…¿Hacia dónde voy? ¿Por qué allí? …
Mis manos empiezan a temblar… ¿Qué quieren que toque?¿qué quieren que coja?…
Lentamente mi boca empieza a humedecerse y débilmente salen las palabras equivocadas. …¿Pero qué es lo que estoy diciendo? …
Mis ojos siguen fijos en esa persona, sin poder parpadear… ¿Por qué no puedo apartar la mirada? …
Mi aliento sigue igual…
Cada paso que daba… el corazón latía con más intensidad…, el aire se hacía más pesado…
Una sonrisa,… una sonrisa valió para apaciguar mi corazón, para aligerar el ambiente, para calmar mi ser.
No sé lo que pasó, pero no consigo borrar ese día y a esa persona de mi mente, de mis ojos, de mi aliento, de mi boca, de mis manos, de mi corazón.
Ahora puedo decir sin duda a error: “Que el primer amor se grabó por siempre en todas las partes de mi cuerpo”
